viernes, 17 de abril de 2009

Editorial - Lipotimia - Una bancarrota mental y quirúrgica.

Publicado en Lipotimia.wordpress.com el 17/4/2009.

¿Qué quiere decir exactamente una "bancarrota quirúrgica"?

¿A qué se refieren empresarios y reguladores estatales cuando hablan de una empresa que será puesta en situación de una  "bancarrota quirúrgica"? 

¿Que la empresa en cuestión necesita un triple bypass; o que tiene una uña encarnada?

Es una táctica común utilizar el lenguaje médico para humanizar o deshumanizar a amigos o enemigos, según nos convenga. 

Así, para los nazis los judíos condenados al exterminio eran "un cáncer", como lo hace notar Susan Sontag en La Enfermendad y Sus Metáforas, que luego pueden utilizar algunos gobiernos para, por ejemplo, erradicar las "células dormidas" terroristas. 

De la misma manera, una empresa que necesita cirugía (o una "bancarrota quirúrgica") no es una empresa fracasada que se hunde bajo el peso de su propia incapacidad e inutilidad. 

No se ahoga por su falta de visión, su confortable adormecimiento y sus pocos deseos de mirar hacia adelante, de liderar, mejorar y crear paradigmas nuevos. 

No. 

Es un enfermo que requiere atención. 

Una persona, un ente viviente, al que -cómo podríamos- no se le puede negar atención. Sería como negarle el bypass a la abuelita enferma; como no operarle el estómago al perrito con úlcera. 

Ese es el estado mental en el que las palabras -no precisamente una entidad inerte y sin influencia- nos meten. 

Salimos del paradigma mental del fracaso merecido e autoinflingido y entramos al de la triste situación inevitable e inmerecida. 

Salimos del paradigma mental empresario -que no duda ni un segundo en cortar salarios, beneficios y puestos de trabajo al menor estornudo-; y entramos al de la humanidad. 

¿Quién le negaría ahora esa "cirugía" a la pobre y buena GM?

Bueno, nosotros.


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