sábado, 18 de agosto de 2007

Guillermo Olivetto y la agenda de la AAM. Revista Infobrand. Julio 2007

La agenda país de la Asociación Argentina de Marketing.















Guillermo Olivetto, presenta su agenda para la AAM: una verdadera agenda-país y un esbozo de plan estratégico para generar valor en una sociedad que intenta recuperarse económica y psicológicamente. El “Plan Olivetto” es un camino ambicioso y posible, pero plagado de obstáculos que despejar. El primero de ellos: esa percepción social de que todo lo que sea marketing es sinónimo de chantada.



El 25 de mayo de 2010, la Argentina cumple doscientos años desde la conformación de su primer gobierno patrio. Doscientos años de historia no son pocos y no debemos confundirnos: la Argentina no es, como se cree habitualmente, un país joven. Tiene menos años que China, Japón o Francia. Pero para el promedio de estados-nación que hoy existen en el mundo, no somos jóvenes. Tampoco viejos: tenemos la suficiente edad histórica para sentirnos y comportarnos como un país maduro.

Una de las señales que implica la madurez en personas, sociedades y naciones, es la trazabilidad de los actos. Es decir, la capacidad de elaborar escenarios, prever las acciones, ser previsibles y planificar el comportamiento a futuro.

Nada más lejos de nuestra realidad. La incapacidad –o la falta de voluntad- para realizar cualquiera de estas acciones es el signo de nuestro comportamiento como país. Los grupos de poder (políticos, económicos, sociales…) que tienen la capacidad y la responsabilidad de generar esta planificación, lo hacen sólo a puertas cerradas y respondiendo a intereses sectoriales o corporativos. A menos de tres años de su bicentenario, Argentina necesita un plan. Y pocos grupos han decidido hacer frente al acontecimiento, presentando una visión a futuro de la nación.

No debería sorprender entonces, que una de las pocas iniciativas destinadas a instalar una agenda de productividad previsible para el país provenga de la Asociación Argentina de Marketing (AAM). La comercialización de productos, marcas o servicios exige una visión permanente, aguda y sensible de la realidad circundante. Los “hombres y mujeres del marketing” son por naturaleza observadores profundos y permanentes de la realidad y pareciera que han decidido dar un paso adelante, para tratar de modificar aquello que creen es modificable en lo que ven a su alrededor.

Eternamente vapuleada como una actividad cosmética, superficial y poco significativa, el marketing argentino salió el pasado 30 de mayo a presentar su agenda para la Argentina 2007-2010, en el marco de los eventos por el Día del Marketing. Empezaron dignificando su actividad: “Lo que nosotros hacemos es marketing, no marketín -dice Guillermo Olivetto, presidente de la Asociación Argentina de Marketing-. Esta es una actividad seria, con alto nivel de especialización profesional. El marketing es un creador de valor, con procesos sistemáticos de trabajo y sustento racional y científico, que permite a los distintos actores de la economía mejorar su ecuación de valor: a las empresas les permite hacer mejores negocios y a las personas satisfacer sus necesidades físicas y simbólicas”.

Según Olivetto, el marketing realiza un aporte esencial al desarrollo: “Al generar valor para las empresas, se está creando valor para el país. Desde ese punto de vista el proyecto superador es el de la marca país. En el escenario que Thomas Friedman llama ‘El mundo plano’, importa lo que cada uno tiene para poner sobre la mesa”. ¿Y qué tenemos los argentinos para aportar a ese mundo? El tango, los deportistas, diseño, creatividad, la diversidad cultural...

Consensuada dentro de un marco de trabajo interdisciplinario, la agenda de la AAM se titula ‘Marketing 2010. Creando valor para el bicentenario’. Su slogan es categórico: ‘El futuro no es. El futuro se hace’. Combinación conceptual que posiblemente sea chocante para un país y una sociedad en la que los hechos y acontecimientos del pasado, presente y futuro son vicisitudes históricas completamente ajenas al comportamiento de la sociedad. Sin embargo, para Olivetto y sus colegas, la cuestión cierra perfectamente: un país que produce valor es un país que piensa, es un país que planifica, y es un país previsible.

El marketing tiene mucho que ofrecer en ese esquema. Su lugar es apuntalar la producción y ayudar a la generación de empleo, elemento clave de cualquier proceso de crecimiento económico de largo plazo. “Parte de la recuperación de estos años tiene que ver con eso: con una Argentina que se pone a trabajar. En ese sentido, el trabajo tiene mucho más que sólo un valor económico –dice Olivetto-. El valor del empleo es simbólico y psicológico, de estima”. Para resumirlo, sin entrar en debates políticos, el empleo dignifica. Y desde ese lugar es que la disciplina hará su aporte. “El nudo del marketing es entender a la gente, saber por qué hace lo que hace, cómo se pueden satisfacer sus necesidades y a partir de ahí tratar de crear ideas y conceptos nuevos. El marketing ancla en el ser humano y su función es ayudar a construir, diferenciar y posicionar lo que tenemos de distinto, para venderlo en un mundo donde todos compiten con todos”.

Olivetto cree que ya hoy existen leading cases que demuestran las posibilidades de creación de valor a partir del pensamiento nacional. “Para nosotros tiene que ser un motivo de orgullo que BBDO haya ganado por primera vez en la historia del premio, el Grand Clio con un trabajo hecho en español; o que haya decenas de ejecutivos argentinos trabajando en el mundo, con la Argentina como exportadora de talento a las casas matrices de las grandes corporaciones; o que Kosiuko haya vestido a Madonna”.

La agenda de la AAM es simple y concreta: primero, trabajar para que socialmente el marketing deje de ser visto como una actividad superflua y facilista. “Queremos que toda la comunidad vea al marketing como un creador de valor y no como una actividad chanta o mágica –aclara Olivetto-. Cuando se quiere desprestigiar algo, se dice ‘Es puro marketing’. Lo nuestro no es magia. Y eventualmente la magia tampoco es magia, es una disciplina con una metodología detrás. Esto es lo mismo, es un asunto serio”.

En segunda instancia, planean dedicarse a la capacitación, destinada a ejecutivos de diversas disciplinas que requieran actualizarse en las variantes del marketing contemporáneo: agronegocios, entretenimientos, neuromarketing, retail y punto de ventas, etc… Sólo como ejemplo, las flamantes aulas de la AAM en la calle Viamonte juntaron durante mayo y junio a una veintena de ejecutivos de altísimo nivel para la realización de un curso de marketing agropecuario. Dentro de ese mismo esquema está vincular a la Asociación con las universidades, complementando la educación de los profesionales una vez que egresan.

Finalmente, el plan incluye la digitalización de los archivos de la AAM. “Pensamos en un desarrollo digital fuerte, con generación de contenidos y motores de búsqueda poderosos, actualizados cada dos o tres días. Queremos aprovechar lo que nos enseñó Google: que el conocimiento puede compartirse. Sabemos que con los Premios Mercurio tenemos la mayor base de casos de negocios locales. Es un tesoro único y queremos compartir ese conocimiento con la comunidad; la idea es aprender haciendo y aprender de los que hacen”.

Ustedes son unos optimistas, le dicen. “Sí, somos optimistas –dice Olivetto- en el sentido de que creemos que se puede hacer. Nos caímos con la crisis y nos llagamos, pero algo aprendimos. Cuando se nos quemaron los libros, tuvimos que mover las neuronas y salir a crear nuestro propio manual. Y hoy el mundo nos empieza a comprar”.

Lo que hace falta en realidad, es que la mayoría de los argentinos “compre” la idea de un país creíble, previsible y planificable. Hace falta mucho más que una fecha simbólicamente fuerte como el bicentenario, y una organización emanada del sector privado como la AAM para comenzar a armar un plan estratégico de país abarcativo, sólido y sustentable. En ese sentido, el plan de la AAM es mucho más un concepto o una idea, que un plan institucional de nación. Pero es un llamado a comenzar a pensar. Sería bueno, al menos por una vez en doscientos años, intentar transitar ese camino.

El marketing, ¿una ciencia?

El debate está abierto: los especialistas en marketing han comenzado a definir a su disciplina como una ciencia. “Lo debatimos mucho. Y entendemos que el marketing es una ciencia socioeconómica. Tiene método; investigación; tiene la capacidad de replicar modelos experimentales; y utiliza modelos predictivos y matemáticos. Sigue muchos de los lineamientos de las ciencias y entendemos que por su nivel de precisión puede ubicarse entre las ciencias del grupo duro-blando, como la antropología o la sociología”, afirma Olivetto. Está claro que muchos cuestionarán el planteo, pero lo que la AAM pretende como objetivo de fondo, es desafiar la noción todavía presente de que la labor no es metódica, sino que depende de la inspiración artística de un grupo de especialistas “sensibles”.


Patricio Cavalli
Revista Infobrand

Junio de 2007

domingo, 29 de julio de 2007

DestefanoBIZ: Saberlo es Negocio. Revista Mercado. Julio 2007


Saberlo es Negocio.


DestéfanoBIZ es hoy una de las marcas periodísticas emergentes más reconocidas del mundo de los negocios. Sus productos editoriales llenan a la comunidad empresaria de datos e información difícil de conseguir y permiten a su creador -periodista y ex hombre de finanzas- generar un negocio paradigmático de la sociedad del conocimiento y la era de la información.










Foto Gabriel Reig



José Destéfano abrió la puerta de su almacén de Adrogué como todos los días, se peinó frente al espejo y se puso a trabajar. Al final del día se dijo: “Sí, esto de mirarse a un espejo para saber como nos verán nuestros clientes, funciona”. El truco no era un truco más: lo había leído en el libro Saberlo es negocio, de su hijo Claudio Destéfano.

El libro es la punta de un iceberg que se mete profundo en el mundo de los negocios de la Argentina. Claudio Destéfano es un cosmonauta: ha descubierto un planeta, lo ha bautizado y lo está colonizando.

El negocio de los negocios

El PlanetaBiz es un mundo de información de negocios donde conviven su libro, editado por Aguilar; su programa semanal Radiografía, el Programa de los Número Uno (lunes 20 a 21, FM Identidad 92.1) -en el que en once años de aire participaron cerca de 1.500 managers de empresas-; su columna como corresponsal en Buenos Aires del programa Tiempo Presente, Radio Concierto FM (Montevideo, Uruguay); su columna sobre temas de marketing deportivo en Despertate de Diego Bonadeo, Alejandro Klappenbach y Pablo González (TyC Sports); su micro diario sobre tema de negocios en Canal Rural; sus artículos de negocios en la Revista Apertura; sus columnas empresarias en SubTV y en el canal interno de Buquebús; y su actividad académica: es director del Programa de Management Deportivo en el ESEADE y director del Programa de Periodismo de SportBusiness del Círculo de Periodistas Deportivos. “Destéfano es un multimedios” dice de él su amigo y mentor Gabriel Griffa.

Todo eso es sin contar su mayor invento, su principal herramienta estratégica y una de las principales innovaciones en el periodismo de negocios de los últimos años: el newsletter interactivo DestefanoBiz.

A través del newsletter (al que nos referiremos como “El Biz”, ya que así lo llaman sus suscriptores), casi 20.000 empresarios de primer nivel del país reciben todos los días, cerca de las 10 de la mañana, una dosis de información fresca sobre negocios y sobre el mundo que los circunda. La “data” del Biz tiene que cumplir con la condición de no haber sido publicada en ninguno de los diarios de ese día. Son primicias, inéditos, datos profundos emanados de las entrañas de la bestia: los mismos lectores del Biz producen muchos -no todos pero muchos- de los datos que se publican en sus páginas y que se conocen en el idioma del PlanetaBiz como datillos, o sea datos de pasillo.

Los negocios no son lo único que componen la oferta del Biz: el amante del fútbol o del deporte podrá leer el SportBiz, el MatchPointBiz y el especial de la Copa Toyota Libertadores; los financistas tienen el especial de SzewachnomicsBIZ, el TombstoneBIZ y el MarketBIZ auspiciado por Inversor Global. Otras fuentes de inspiración son el IdeasusadasBIZ, que cuenta casos de negocios históricos exitosos; el PeopleBIZ auspiciado por Róndine, con todos los pases interempresarios y la infaltable lista de eventos de la AgendaBIZ. Finalmente, el día se relaja y la vida comienza realmente a tener sentido con el GourmetBIZ y el AfterBIZ.

Los suscriptores no pagan un centavo por recibir el Biz. Son las marcas auspiciantes las que aportan el valor económico: sólo los banners del newsletter muestran los isologos de Revista Brando; Movistar; McDonald´s; Unicenter; Paladini; Karavell; Timberland; Merrell; Everlinks; Columbia; Shell; Yancanelo; Magnasco; Callia; Delta; Prosegur; Expofrut; el pueblo marítimo Punta Médanos; Vodka Pravda; los objetos de arte de Bettina West; Data Markets; Acindar; Pinar del Faro; MAPFRE; Avaya; Sodexho; Davidoff; Banco Finansur; Celetto; cosmética Natura; fiambres Calchaquí; Pérsicco; Izrastzoff; el pub Buller; Boehringer Ingelheim; Milka; Ernst & Young; ciudad de Mar del Plata; bodega El Portillo; Estancia Cristina; Tonel Privado; Kraft; LinkSat Velconet; BMW; Galeno; SubTV y América AM 1190.

Cada auspiciante paga por estar en el Biz cerca de $ 1.500 por mes, pero las tarifas varían de acuerdo a la fidelidad del auspiciante. “Los que están conmigo desde el principio saben que están pagando muchísimo menos que el que entró hace dos meses. Y como tengo una larga lista de espera para entrar, no se van”, dice Destéfano.

Lo leí en el Biz.

Destéfano es un hombre de su tiempo: ha generado a través del Biz un perfecto producto de la sociedad del conocimiento, de la era de la web 2.0 y del user-generated content. Los usuarios generan los contenidos y el editor los filtra, organiza, distribuye y garantiza su veracidad. Quien lee una información en el Biz sabe que el dato es legítimo porque Destéfano edita el Biz y porque Destéfano conoce personalmente a cada uno de sus 18.458 suscriptores (al cierre de esta edición), les responde personalmente los emails (recibe casi 160 por día) y se ocupa de chequear a través de varias fuentes los datillos que suenan raro.

El Biz es además una comunidad, una especie de logia secreta que comparten sus suscriptores, que muchas veces son pobladores del mundo Biz y no saben que están hablando con otro poblador. “Estoy buscando el nombre para un barrio de Palermo” dice un brand manager en una cena; “Jeje, para un site de negocios, ¿no?”, responde una agente de prensa; “Yo ya mandé el mío”, agrega un periodista. Todos suscriptores del Biz, que usan la información que el medio aporta, pero que ninguno dice inicialmente de donde la saca.

Publicar un datillo en el BIZ tiene el sabor de lo transgresor -la mayoría son datos internos de las empresas y por lo tanto confidenciales- junto al placer de haber enviado a la comunidad un dato que sacudirá estructuras. Cada lector es entonces un periodista (la cadena NBC dirá un small media) que publica una primicia. ¿Se construye un barrio privado en Tigre; se cierra un acuerdo entre una marca y la AFA; hay despidos inminentes en un banco; cambia el gerente de una agencia de publicidad; un banco lanza una OPA? Los suscriptores se enteran por el Biz y hay alguien que se regodea porque, anónima o públicamente, lo publicó en el Biz.

Si alguien pide reserva de su nombre, aparece como un personaje ficticio: el bodeguero InBizible; MísterBiz; MisisBíz; el hombre de la birra de hielo -le pasa los datillos a Destéfano bebiendo cerveza en Buller-; la beibi del Orígenes Running Team; o el mejor de todos: Isidro, un lustrabotas de la city porteña, profesión que en el dialecto Biz se dice lustratimbos.

Claro, hay otro estímulo: cuando un dato es “una bomba”, quien lo envía se lleva un premio: un kilo de helado en Pérsico; un urban kit de Merrel; latas de aceite Yancanelo; un Callia Extra Brut; quesos Magnasco; unas pintas de cerveza en Buller; patés Paladini y otros. También hay concursos (bautizar al nuevo barrio gastronómico de Palermo fue uno) y la información se mezcla con adivinanzas en párrafos del estilo: “Isidro, el lustratimbos que pasa por Banco Finansur todas las mañanas, me contó que los Sánchez Córdova armaron un tour esta tarde con varios de sus clientes prímiums, y a él lo contrataron para sacar lustre a los zapatos de los concurrentes. Prometí estar, y de paso me ahorro la lustrada. Por las dudas abrí el ambrela y, si no llego a pasar, Isidro quedó en averigüarme por dónde anda Antonio Llaya. Si le ganas de mano al lustratimbos y me lo contás a

claudio@destefanobiz.com.ar, te llevás dos latitas de oliva Yancanelo”. (18/5/07).

Dialecto propio

Alto. ¿Dice ambrela, no? ¿Y béibi? Sí. “No manejo bien el inglés asique lo pongo así, como suena”, dice Destéfano. ‘Dólares’ en el idioma Biz se dice vérdings, georgies o ar-manis: la descontractura y el humor es una marca del Biz: Destéfano recorre la ciudad en rollers o a bordo de un sidecar, mientras pasea entre los eventos más importantes del mundo empresario. “Me muero de risa cuando lo escribo y escribo como te hablo, no lo fuerzo, no hay un método”.

“Lo peor que me puede pasar es que se me vaya un lector del Biz. Respondo todos los días más de cien emails y no dejo uno sin responder”, dice. Claro, ese nivel de interacción obliga a poner un límite: “Faltan 1542 BIZERS para cerrar las compuertas en 20.000”, dice un banner con cuenta regresiva en el email.

EstrategiaBIZ

Con veinte años de experiencia en medios gráficos como redactor, columnista y corresponsal en distintas publicaciones como Clarín, El Cronista, Infobae, Olé y El Observador (Montevideo), Apertura, La City, Mística, Somos y El Federal; diez años como conductor, columnista, co-conductor y creador de distintos programas en Radio América, Radio Cultura, Radio El Mundo, Belgrano, FM La Isla, Splendid Talk Radio, FM Identidad y Concierto FM (Uruguay); seis años de experiencia en televisión como columnista especializado en temas de negocios y ocho años de experiencia como oficial de negocios y operador de mesa de dinero en bancos, Destéfano se precia de tener la agenda de negocios más grande de Buenos Aires.

Es posible que la tenga: en su libro, cada capítulo cuenta un caso de negocios, que luego es disecado y comentado por personajes del calibre de Mariano Rodríguez Giesso, Luis Mario Castro, Tom Wise, Enrique Szewach o Jorge Stuart Milne.

“Cuando empecé a planificar mi carrera tomé una decisión estratégica: hacer Destéfano S.A., con foco está en lo que llamo el NEF: negocios, empresas y finanzas. Sabía que hacer el camino tradicional de un periodista: empezar en un tema y crecer hacia otros, no me iba a servir. Yo preferí hacer el crecimiento vertical, enfocándome en lo que soy bueno, o sea en el NEF y buscando desde ahí diferentes tribus. El DestéfanoBiz es hoy mi core business, y está enfocado a mi target principal: corporativo, ejecutivo, 25 a 60 años, todos con oficina, todos con Internet, todos tienen una AFJP y todos consumen productos de primera calidad. Si el Biz lo entiende mi papá, es que lo estoy haciendo mal”.

A partir de ahí comienza a buscar los diferentes públicos, a través de los diferentes medios. El papá de Destéfano, amante del fútbol lo encontrará en las columnas sobre deportes de TyC Sports; su mamá en el canal de subte; la gente de campo en el Canal Rural; los deportistas en sus columnas de El Gráfico y los fierreros en su micro en El Garage.

Siempre, los contenidos son manejados bajo el paraguas del NEF: “No cuento el gol de Palermo. Cuento que lo patéo con un botín Puma y que por tener ese botín le pagan tanta guita -explica-. Lo mismo en el caso del campo o con los fierros. Yo no manejo pero agarro a los fierreros por el lado del marketing”.

Finalmente, su “pata académica” la compone su programa de management del negocio deportivo en el ESEADE. “Ahí lo que dije es: si yo soy el referente y este negocio va a crecer, tengo que asegurarme de armar el dream team -en dialecto Biz el drím tím-. O sea, agarrar a todos los tipos interesantes a los que me gusta hacerles notas y que sé que dicen cosas interesantes. Lo que hice fue tomar profesores de tal envergadura, que el que quiera hacer otro programa similar va a tener que ir a buscar a los segundos mejores y el nuestro va a ser siempre el más valorado”. Con aula llena, la primera clase del programa en abril de este año contaba con personajes como Salvestrini, Di Tomasso, Prat-Gay y el árbitro mundial Horacio Elizondo.

“Ahí lo que estoy haciendo es trabajar en un semillero de management deportivo. Pero con eso no alcanzaba: había que armar un semillero de periodistas, y ahí organizamos con el Círculo de Periodistas Deportivos un programa de periodismo de sport business, para armar una plataforma de periodistas que conozcan el tema. Lo importante es hacer que el negocio crezca para todos”.

Tal vez esta última frase devele la característica que sus lectores más valoran del mondoBIZ. Destéfano parece estar recubierto de alguna aleación refractaria especial: estar inmerso a diario en la fría y despiadada jungla de los negocios, no parece afectarlo como persona.

“Todo esto empezó una madrugada que me dí cuenta que no estaba viendo crecer a mi hijita -explica-. Al día siguiente renuncié a mi trabajo en InfoBae y empecé acá. La clave es que, como dice Moria Casán, no se te suba el maquillaje a la cabeza”.

Patricio Cavalli




Revista Mercado
Julio 2007










Golfari: manifiesto contra la mediocridad. Revista Mercado, julio 2007.















Foto: Gabriel Reig



Golfari: manifiesto contra la mediocridad.

Una mirada al mundo y la visión de uno de los ejecutivos publicitarios con más experiencia del mercado. Sus definiciones y decisiones pueden cambiar en un instante la vida de muchas agencias de publicidad. De hecho, lo hacen todos los días para las cincuenta oficinas de América Latina que le responden. No suele dar entrevistas, y cuando lo hace, es imperativo sentarse a escucharlo.

Es como dice dice Charly García: nunca esperé encontrarme con el sabio, en su oficina y de tan buen humor... Ubicada en un tercer piso sobre Sarmiento casi esquina Maipú, la oficina de Marcos Golfari tiene dos cuadros de caligrafía oriental, un miniputter de golf, un afiche, dos estanterías colgantes con recuerdos de varios años de carrera y varios continentes, un escritorio de vidrio que mira a la pared, una laptop, dos asientos de cuero negro y entre ellos una mesa de café. Sobre la mesa, varias revistas, un cenicero sin uso y una revolver imitación calibre .38 de cristal macizo. Detrás de uno de los sillones, está la ventana, que mira a la calle Sarmiento.

Windows on the world

Cuando Golfari, CEO regional para América Latina, miembro del Comité Ejecutivo Mundial y miembro del Directorio Mundial de Ogilvy&Mather; ex gerente general de JWT; ex presidente de Ogilvy Italia y ex gerente general de Ogilvy Argentina, abre su ventana todos los días y mira al mercado mundial de las comunicaciones de marketing, ¿qué es lo que ve?

Primero, la digitalización no es el futuro. Es el presente: “La publicidad cómo la conocemos hoy, cómo era cuando yo empecé, cómo todavía se enseña en las universidades, se terminó. La pantalla de la computadora lo cambió todo”, explica. Y cree que la misma expresión pantalla de la computadora ya es un anacronismo lingüístico. La pantalla es una matriz de datos, donde trabajamos, nos entretenemos, compramos, recibimos información y ofertas personalizadas y operamos muchas de nuestras variables diarias, en forma simultánea.
Pero, aclara, la tecnología es nada sin inteligencia. “Hace poco me llegó una oferta de mi marca de palos de golf. Pensé y pensé cómo habrían sacado mis datos: ¿Internet, bases de datos, la tarjeta de crédito, una compra en Miami…? No, finalmente me enteré: le habían tirado unos pesos al cuidador del club y éste les había dado toda la información. La viveza hace que la tecnología tenga potencia”.

La cuestión está en la definición del término digital. Muchas veces confundido con un tema que pasa sólo por las computadoras, la digitalización abarca también la televisión y las comunicaciones por celular. Hay lugares del mundo donde el desarrollo de las comunicaciones personales alcanza grados de sofisticación impensables en nuestro país. Un ejemplo simple: “En Japón no sólo usan el celular para comprar entradas o pasar por el molinete del subte. En Tokio hacen un concurso de pesca por celular: a la mañana te llega un SMS para que ubiques seis anzuelos en la Bahía de Tokio. Vos llamás y elegís el lugar y la profundidad. Y a lo largo del día, te van avisando: ‘Pescó un bagre’; ‘Pescó dos dorados’ –obviamente, los Tokioleses más bien pescan hazes, kohadas, kisus o shakos- de manera tal que si termina el día y vos ganaste podés elegir un premio. El pescar genera llamados telefónicos, y un ida y vuelta para generar información con un individuo, a través de un juego. Imaginate qué pasa si eso lo hace una marca”.

Y lo hacen: Nestlé envía en Japón mensajes a los celulares de sus clientes ofreciéndoles recetas comidas preparadas para alivianarles la vuelta a casa. Con un SMS la persona acepta la receta, pasa por un supermercado y la comida Nestlé lo está esperando. Llega a su casa y sólo le resta calentarla.

Ese es el mundo que se acerca desde el horizonte, a velocidad desmedida. “Esto se difunde muy rápido. Estamos tratando de adecuarnos al cambio –reconoce - porque el cambio es dramático, y primero hay que tratar de entenderlo.” ¿Y cómo piensa adaptar Golfari a su organización a este cambio? “Le damos mucha importancia al tema. Tenemos una operación en Argentina, México, Brasil y Miami que no sólo hace publicidad digital, sino que hace medios digitales identificando oportunidades, llamada Neo@Ogilvy. También tenemos a Ogilvy Interactive: son creativos que desarrollan comunicaciones digitales. Pero necesitamos crecer sobre el tema: nuevas técnicas, nuevos desarrollos, nueva gente. Y confieso que ahí crezco con adquisiciones. Esto, ninguna agencia tradicional lo tiene desarrollado. Esto lo encontrás en shops creativos y la idea es comprar la gente y el negocio. No hay otra forma”.

Talento del sur

Segundo, La oportunidad histórica de Latinoamérica. Golfari se muestra sorprendido por la madurez y la estabilidad económicas de la región. Uno de sus efectos inmediatos es su despegue creativo y su crecimiento en términos relativos de facturación. “En Ogilvy, América Latina siempre representó el seis porciento de la facturación global y hoy representa el once”, explica. La región brilla en dos zonas de luz: talento y precio. “Exportamos talento. A tal punto que las campañas de Coca Cola que se ven en todo el mundo las hacemos acá, en Argentina”. De hecho, en Colombia y Argentina, Ogilvy tiene instalado un hub creativo especial que maneja entre cincuenta y cincuenta y cinco porciento del negocio de esa marca.

Todo ese talento, está además disponible a bajo precio. “Con lo que se paga una dupla una semana en América Latina en Europa sólo se paga un día. Es más, estamos pensando en crear centros de producción para materiales impresos en Costa Rica, Argentina y Chile. ¿Con quién competimos? Con la India”. Argentina compitiendo con India por imprimir un folleto para Europa: impensable hace diez años, hoy es una realidad.

Las zonas de sombras también existen, claro: hace falta gente preparada y lista para asumir la carga de trabajo. “No damos abasto. El crecimiento exige calidad y, sí, hay que robarse los creativos”. Y la región debe seguir trabajando para generar credibilidad financiera. “Ahora nos creen. Trabajamos con una conducta de planeamiento financiero hábil y concreta. Hace siete años presentamos y cumplimos el budget”. ¿Y que pasa con la eterna imagen del latinoamericano chanta que suele tener el mundo? “No exageres. Ahora está revertido, pero ponete un minuto en la mentalidad sajona: ya no hay manchas posibles”.

Creativos somos todos

Tercero, Argentina necesita pensar en colores. Golfari cree en trabajar con alegría. “Ahora estamos un poquito bajoneados… y así no sos creativo, no pensás en colores. Cuando uno se enoja, las cosas salen mal, no hay que tomárselo tan en serio –enfatiza-, con cara de enojadito, ¿viste?”. Factores como la inseguridad, la “chantada política”, los mensajes vacíos y la falta de perspectiva son las que lo preocupan y los que cree nos nublan la visión. “Pero no pasa sólo acá: Bush ganó una elección perdiéndola”.

Dentro de este esquema, Golfari se repite desde hace treinta y siente años un credo: creativos somos todos. “Cuando empecé en esto me dije, yo no soy creativo, pero voy a intentar serlo. Y si día a día lo intentaba iba a poder mejorar”.

Sus orígenes a los veinte años en Cícero Publicidad lo inundaron de creatividad. Trabajó con Raúl Shakespear (que luego diseñaría la señalética de la Ciudad de Buenos Aires); con Jorge Schussheim (hoy autor de ‘No todo va mejor con Coca Cola’) y con Marcos Mundstock (hoy Marcos Mundstock). “Aprendí que hay que escuchar hasta la última pavada… la creatividad no es un papel y un lápiz, la creatividad es entusiasmo. El término ‘creativo’ es antiguo, con el tiempo se va desdibujando. Creativo es un hombre que descubre que Dove tiene una arista para llegar a las mujeres, diciéndoles que hay una belleza que no es la de la publicidad. Dove fue creada por un planner, no por un creativo. ¿Y Sprite? Dice la verdad de una forma brutal y sincera. El tipo que trabajó en esa campaña tiene una sensibilidad muy especial sobre los jóvenes y su percepción de la verdad. Es Bernardo Geogeghan, anotá ese nombre”, dice. Su metodología es estimular la creatividad trabajando en 360º: creativos, planners, cuentas, medios, todos juntos abordando un problema. “Pero en un futuro quiero incorporar un arquitecto, un escenógrafo… personas con sensibilidades especiales y diferentes”.

La cruzada

El cuarto elemento de la visión Golfari es un llamado a las armas para luchar contra la mediocridad. Le habla a los anunciantes: “No acepten comunicaciones mediocres. Y den el tiempo para que las ideas buenas se generen. Las agencias muchas veces llegan con lo que hay, por tiempo y por urgencia. No, señor. No compre si no está convencido, se le va a quedar atragantado. El afiche mal impreso va a estar siempre ahí en la pared. Hay veces que veo televisión y digo: no puede haber alguien detrás aprobando esa idea. Hay cosas muy malas, y no hay que aceptar la mediocridad”.

El tema creatividad no es menor en Ogilvy. La agencia divide el mundo en cinco territorios: Europa, Asia Pacífico, EE.UU., América Latina y creatividad. Cuatro territorios geográficos y uno conceptual, hacen que al aplicar este credo, Golfari sea infinitamente más enfático en su propia agencia.

Algunos altísimos ejecutivos, CEOs y gerentes de agencias que han trabajado con él suelen decir: “Tengo la escuela de Golfari”. Con humildad, él lo niega: “No creo que haya una escuela. Pero sí soy exigente con mis ejecutivos… quiero que sepan”. Es el único momento en mira hacia el pasado. “Antes la exigencia era mayor. Una vez al mes hacíamos una radiografía, un análisis exhaustivo mensual de la marca. Era obligatorio. Ahora ya nadie la hace. Hace poco pedí una revisión de la marca IBM, para ver cómo estábamos en la región. Costó, la hicimos en un par de países, pero no como un proceso natural. Debería ser natural que un director de cuentas se juntara con su gente a verificar el rumbo. A mí me mandaban ir a hacer un trabajo horrible: el store check para Quacker. No sé si era importante por la información que generaba. Pero era un tema de disciplina que ahora se va perdiendo”.

Y aunque él la niega, la tesis de la “escuela Golfari” queda demostrada por sí sola cuando hace una abierta y franca autocrítica de su propia labor gerencial: “Mi tarea es revisar todas las oficinas de América Latina. Son veintidós países y cincuenta oficinas y no estoy haciendo un trabajo perfecto, lo reconozco. Por ejemplo, me siento en falta porque debería haber estado en Colombia dos meses atrás y voy a ir recién dentro de un mes. Pero así es mi trabajo, voy oficina por oficina: priorizo Argentina, Brasil, México, Miami, y luego las otras oficinas, de acuerdo a las necesidades. Tengo una rutina totalmente cambiante. Entro temprano a las agencias, reviso las finanzas, veo la creatividad al mediodía, luego tengo una charla con el top management y a la tarde estoy en otro avión. A eso se le suman seis reuniones por año del board mundial donde represento a la región frente al resto del mundo”.

Golfari cree en el trabajo en equipo: “Siempre tengo la puerta abierta. Cuando alguien me viene a ver, tengo dos respuestas: ‘entrá’, o ‘dame cinco minutos’. Me gusta recibir la información de primera mano, decir las cosas a la cara y dialogar. Nuestro negocio es la gente y el truco es hacer que la gente se sienta muy útil”.

Quo Vadis

La formación de los nuevos cuadros gerenciales a la que se está dedicando, es señal de que Golfari hace planes. Halaba las cualidades profesionales y personales de Gustavo Martínez, gerente de la operación local. “Lo contraté entre 2000 y 2001. Se lo mandé a Sheryl (por Sheryl Lazarus, presidente mundial de la agencia) para que lo convenza de venir”. Ahora, Martínez es vicepresidente regional y las apuestas suben. “No, no es mi delfín, pero es un candidato a trabajos regionales. Es uno de esos cachorros que la organización debe proteger”.

La ventana, en algún momento, debe cerrarse. Queda por ver una sola cosa: ¿hacia dónde va un ejecutivo que posiblemente ya haya llegado al punto más alto que puede ofrecerle la organización en la que se desempeña? No pocos le vaticinan un lugar en un poderosísimo board mundial. Pero hay que esperar para saberlo. Vaya hacia donde vaya, hay muchos colegas esperando para seguirlo y muchos clientes también. El mercado en general, no debería perderle pisada. La ventana en algún momento se abrirá sobre ese tema, y los que puedan ver en ella, posiblemente verán de nuevo una buena parte de lo que nos depara el futuro.


Patricio Cavalli



Revista Mercado
Junio de 2007





sábado, 16 de junio de 2007

Revista Mercado, Junio 2007: Rodrigo Carr: abrazando la incertidumbre.





Rodrigo Carr: abrazando la incertidumbre.

El presidente de JWT Argentina sólo ofrece una certeza en un mundo impredecible: todo es incierto. Y en base a ese concepto construye la oferta de servicios de una de las tres agencias de publicidad más grandes del país, buscando generar credibilidad para las marcas y transformándolas en los nuevos íconos de creencias de la sociedad.


El hombre no se sentó a esperar que pasara el tren, sino que salió a correrlo: cuando se enteró de que la gerencia de JWT cambiaría en seis meses, Rodrigo Carr - entonces gerente de Euro RSCG en Chile- decidió que él ocuparía el puesto que dejaba vacante Ricardo Fitz-Simon.

No era simple la apuesta: Carr vivía desde hace casi cuatro años en Chile y JWT era -y es- una de las three big ones del mercado local y regional. La agencia había logrado sortear con éxito los meandros de la crisis y el repunte económico; y todavía vivía bajo los efectos del shock corporativo que significó en 2001 la entrada del equipo creativo que trajo de Agulla y Baccetti para revitalizarse como organización de excelencia creativa.

El proceso endógeno -exitoso y traumático, como suelen ser las revoluciones- sumado a los avatares del proceso exógeno, había dejado la agencia con una alta fragmentación interdepartamental y una estructura de gestión fuertemente personalista, producto del estilo gerencial de la administración saliente, también signada por el éxito y el traumatismo.

The Carr way

Carr tiene un estilo extraño para un publicitario. Sereno, pausado, franco, sincero. Da la sensación de pensar mucho las palabras antes de pronunciarlas, pero las emite con un entusiasmo arrollador; evita el artículo “yo” tan presente en la jerga del gremio y cuando no sabe algo, lo admite. Sirve personalmente café y agua a sus interlocutores, mientras elabora conceptos de complejidad notoria, entre ellos un paralelismo histórico entre el proceso de digitalización contemporáneo y la revolución industrial del S. XIX.

No dice cómo lo hizo, pero lo logró. Hoy es presidente de JWT Argentina, la agencia multinacional más antigua del país, y usina de marcas como Ford, Sedal, Knorr, Quickfood, Shell o HSBC. Off the record, sus colaboradores estiman la capacidad de “Rodrigo” para generar equipos de trabajo multidisciplinarios, de escuchar propuestas, de mantener una gestión de puertas abiertas y de generar una de las transiciones gerenciales menos sangrientas de la historia del mercado.

Un año y “unos meses” hacen desde que Carr asumió la presidencia y la mayor parte de su tiempo la ha dedicado a derribar paredes que separan las áreas de pensamiento de la agencia. “De hecho, las pocas salidas que se dieron en este proceso tienen que ver con eso, con personas que no podían organizarse bien para trabajar en equipo”, dice.

Desde su ventana del sexto piso de Alsina 465 se ven dos cosas: un espantoso edificio celeste de alguna repartición estatal y el futuro del mercado de las comunicaciones de marketing en la Argentina y la región. Carr abre la ventana: la clave es el proceso de digitalización; y la clave para comprender y sumarse a ese proceso es poder abrazar el sistema de incertidumbres que genera. “Nadie puede saber ni decir lo que va a pasar. Todos pueden dar teorías y explicar un poquito, pero el que dice que sabe lo que va a ocurrir miente. Es precisamente la incertidumbre la que lo hace interesante. Los blogs, flickr, you tube… nadie sabe exactamente hacia donde va esto. Pero sí sé que es algo que las agencias tienen que capitalizar. Esto tiene que ver con la apertura mental de las personas. Si estás dispuesto y entendés que esto no pasa más solamente por la publicidad tradicional, sino que hay muchas tendencias gestándose; y que en el futuro surgirán nuevas, que hoy no vemos y que nadie sabe el potencial que tienen. Por alguna razón la gente ha elegido los medios digitales para comunicarse, para expresarse”.

¿Pero, por qué? Sorprende con su honestidad: “No sé; no tengo una explicación muy lógica. Las personas aman la tecnología. Pero también aman comunicarse, la interactividad chatear, ser otra persona en SecondLife o dialogar en un foro. Lo importante es que lo hacen y las marcas tienen que estar ahí”.

Un mundo digital

La digitalización según el modelo JWT no debe ser confundida sólo con Internet y el mundo de los websites. Por el contrario, el interés de la agencia está puesto hoy en la “web 2.0”, la de YouTube.com ó SecondLife.com, aquella en la que los usuarios gobiernan, generan y editan el contenido. Casos como los de diarios, agencias de noticias o marcas que se integran a los mundos virtuales son los que lo desvelan y los que quiere que su organización investigue.

En esto JWT pretende liderar el proceso frente a sus clientes-anunciantes. Todavía falta que la tecnología se desarrolla y se masifique en el país para que los anunciantes se interesen, pero a la agencia el tema la apasiona y hace grandes esfuerzos por señalarles el camino, agregándoles valor. “Nuestra función es anticiparnos a los cambios y estar listos para cuando el tema surja. Tenemos una unidad de digital muy fuerte, estamos en nuestra propia versión de JWT 2.0, desarrollando esas alternativas y armando un sitio que será un hub donde se junte toda la información sobre el tema para todo el mundo”. Por favor, tomar nota de la aparición de un nuevo producto de exportación argentino -además de la soja y la carne-: información, conocimiento y creatividad digitales, empujadas por el vuelo creativo local y el value for money favorable.

Para Carr, la evolución digital tendrá un impacto muy fuerte: “Es difícil saber cómo va a ser la evolución en general. Se podría tratar de ver de medio en medio. Lo que sabemos que ocurrirá es que habrá una convergencia, pero nadie sabe tampoco en qué medio ocurrirá: el teléfono, la tele, la Internet... Y sabemos que está muy cercano, a unos años... pero hasta ahí llego; no sabría qué decir. Estamos todos tratando de ver, de participar, pero nadie sabe exacto qué va a pasar. Lo mejor es que todo esto va a ocurrir en años, no en décadas”.

Nadie se angustie, pero al mejor saber y entender de una agencia con 130 años de historia en el mundo y más de 80 en el país, lo único certero que tiene el proceso evolutivo será la incertidumbre. No es un tema menor, la incertidumbre. Frente a la decadencia de los íconos, estructuras y sistemas de creencias tradicionales, las marcas se comienzan a erigir en una de las pocas certezas que las personas tienen frente a sí. Son algo constante, creíble, confiable; un conjunto de percepciones concretas que no confunde al sistema psicológico de selección de contenidos. Un sistema, además, que hace un gran esfuerzo por comprenderlas, por comunicarse y por dialogar con ellas, a diferencia de lo que hacen las estructuras ideológicas, políticas, sociales y religiosas. Una marca no impone, no obliga, no juzga, no critica, no amenaza con sanciones si no se cumple: las marcas aceptan a la persona como es, le hablan en su idioma, le dan opciones y -es la última tendencia- la invitan a involucrarse en un diálogo abierto. ¿Cuántos partidos políticos hacen eso; cuántas religiones?

Credibilidad o muerte

“Las marcas tienen un poder infinito -dice Carr- pero tienen que ser creíbles”. Al consumidor sólo le llegan las marcas que son transparentes y confiables. Si éste está cómodo con la marca, le da permiso, la deja entrar y le hace caso. Pero cualquier error puede ser el final de la marca. “El lenguaje es la confianza, mientras ésta existe el poder de la marca es muy fuerte; se rompe esta confianza por el menor ruidito y el consumidor la rechaza. Las personas hoy pueden elegir, no hay una sola marca para cada cosa”.

Entre sus campeones marcarios, Carr elige a Apple o Nike, por ser las grandes generadoras de diferentes estilos de vida entre las personas. ¿Es entonces Nike un signo tan poderoso como el de una religión? “Iba a decirlo, pero me pareció un poquito mucho, pero sí es igual o más poderoso que muchos símbolos políticos”.

Entre las marcas que a su agencia le toca gerenciar, Carr destaca el trabajo que están realizando con Ford; o con Unilever, para sus marcas Knorr o Sedal. “Con ellos tenemos la posibilidad de experimentar, de probar, de generar nuevas ideas y tenemos el espacio para hacerlas realidad. Son clientes que creen en la creatividad y en el desarrollo de nuevas herramientas de comunicación y que nos exigen y nos permiten buscar cosas nuevas para estar cerca de las personas, construyendo esta relación de confianza”.

Los mecanismos favoritos de Carr para hacer eso provienen de una mezcla entre lo que le dice su estómago y las investigaciones de su ejército de planners y analistas de medios. “Pero no tengo uno favorito, lo que quiero es encontrar nuevos. Cubrimos todas las áreas, porque el consumidor está en todos lados. Y muchas veces el mensaje no se cierra hasta que la persona no ve varios de esos estímulos. El truco es generar impacto y ser relevantes. No basta con llamar la atención, tenemos que hacer que le importe”.

La mente del consumidor está saturada de estímulos y entrenada para seleccionarlos: no ve ni registra lo que no le es relevante. Para sortear el filtro, JWT invierte tiempo y fortuna en tratar de generar piezas con alto contenido creativo, y en investigar las mentes y corazones de los consumidores de esos mensajes. El equipo Scope camina las calles de los consumidores, compra en sus supermercados y come en sus restaurantes, con el objetivo de encontrar los mecanismos para relacionarse con esas personas y poder anticiparse y acercarle sus marcas sin generar ruidos y sin invadirlos; más que nada sin invadirlos. “La comunicación hoy debe ser con permiso, con una invitación que acerque a las personas. Mientras más selectivo sea tu medio y tu contacto, mucho menos invasivo y más relevante tenés que ser”.

¿Qué pasa ahí?

La búsqueda por saber lo que ocurre en ese lugar llamado “mundo real” no es privativa de un equipo de la agencia, sino que debe ser parte del modus vivendi de los miembros de la organización. El mismo Carr reconoce que pasa el día entero “con los ojos abiertos”, en medios, revistas, en la calle y en Internet “…mirando cosas nuevas, actualizándome, buscando medios de contacto y tratando de saber qué va a pasar y por donde vienen los cambios”.

En ese tren, buena parte de su tarea como cabeza de la organización es convencer a clientes renuentes al cambio y a las tendencias a abrir sus mentes a ideas nuevas. “Lo que hacemos es intentar, intentar, intentar. Les hablamos, y demostramos lo que afirmamos. Siempre tratamos de ir un paso más allá, es nuestra obligación y la potencia del resultado depende siempre del nivel de interacción entre el cliente, la agencia y los realizadores de la pieza”.

Los recientes trabajos de JWT para Ford Fiesta o para Quickfood, por ejemplo, dan una visión clara de lo que puede surgir si esa relación entre agencia y anunciante funciona. El esfuerzo creativo genera una idea que actúa en los diferentes medios de formas diferentes, pero con la misma dirección y sentido; con la misma potencia y sumando al impacto y relevancia de la acción en general.

Dicen que no es casual, sino que ahí está una de las características diferenciales que JWT destaca frente al mercado: la oferta de pensamiento en 360º integrada dentro de la estructura de la agencia. JWT lidera en la tendencia mundial que exige a las agencias ser “media neutral”; es decir: ofrecer a su cliente todos los medios sin tener una preferencia comercial específica por alguno de ellos. ¿Es mejor usar marketing directo, CRM, TV, radio, banners o telemarketing outbound? La decisión estará basada exlusivamente en la capacidad de cada medio de generar impacto en el consumidor, y no en la conveniencia económica de la agencia.

No parece difícil obtener una respuesta equilibrada de un CEO que reconoce abiertamente que “…sí, paso varias horas a la semana con mi hija Sophie y pongo mis tres sesiones en el gimnasio como una actividad agendada. Hay que saber balancear las cosas para obtener un buen resultado”.

Aún así, marcas de mediano porte que encontrarían en la agencia un proveedor de servicios ideal, parecen escaparle. “Siento que creen que vamos a cobrarles de más, o que vamos a recomendarles cosas que nos convienen a nosotros y no a ellos -se pregunta Carr sonriendo-. Esperemos que vean que no es así”.


Patricio Cavalli
Mayo de 2007

Revista Mercado, Junio 2007: EL NUEVO POSICIONAMIENTO DE KNORR.




EL NUEVO POSICIONAMIENTO DE KNORR.

Emociones saludables.

Será una marca reconocida como saludable; sinónimo de un producto elaborado con productos naturales; y emblema de un esquema de alimentación sano y vital, que pretende devolverle a las personas el placer de comer junto a la posibilidad de alimentarse bien. Ese es, al menos, el plan de Unilever para la marca, que acaba de comenzar su proceso de reposicionamiento.

La voz de alarma la lanzó la Organización Mundial de la Salud (OMS): era necesario que las empresas elaboradoras de alimentos se comprometieran a desarrollar productos más sanos y que ayudaran a combatir y evitar enfermedades crónicas como la diabetes, problemas cardiovasculares y la obesidad.

El documento EB113/44 de noviembre de 2003, emitido por la OMS y la FAO (dependiente de la ONU) titulado Draft global strategy on diet, physical activity and health. Integrated prevention of non-communicable diseases (Borrador para una estrategia global sobre la dieta, actividad física y salud. Prevención integrada de enfermedades no-comunicables) pedía a las corporaciones que comenzaran a invertir en productos enfocados hacia opciones saludables; que aplicaran prácticas responsables de marketing, especialmente para los niños; que mejoraran el etiquetado y la información nutricional; y que comunicaran y educaran al público formas de alcanzar un estilo de vida saludable. La OMS ponía además énfasis en la necesidad de reducir o eliminar de los alimentos las grasas trans, las grasas saturadas, el sodio y el azúcar.

La salud es negocio

Unilever respondió el llamado: su Instituto de Salud -con sede central en Holanda, cabeza de la Red Global de Nutrición y responsable de los programas de innovación en las áreas de ciencia y tecnología de los alimentos- dictó una nueva política de nutrición, cuya declaración de misión especificaba: “La nutrición es clave para nuestros negocios. Como líderes en el mercado global de alimentos, Unilever está comprometida a ofrecer alimentos ricos que sean una opción saludable. Ayudaremos a nuestros consumidores de todas partes del mundo a alcanzar el balance nutricional que los conduzca a una vida saludable y vital”.

Detrás está, por supuesto, el creciente mercado global de la “vida sana y natural”, que millones de personas adoptan a diario, promovidos por cuestiones estéticas y de salud y que está haciendo perder millones a las marcas de comida “no sana”: fast-food, bebidas cola, snacks, etc…

En lo concreto, la nueva política de la empresa se implementaba mediante un programa de seis pasos: comprender los deseos y necesidades de los consumidores en cuanto a nutrición y salud; conocer la composición nutricional de sus productos y su rol en la alimentación; rotular los productos de una manera comprensible; optimizar la composición nutricional de sus productos; proveer evidencia científica en la comunicación de sus productos; asegurar una comunicación responsable; y buscar socios externos para desarrollar acuerdos en programas de nutrición y salud.

Conocido mundialmente como el Programa de Mejoramiento Nutricional de los alimentos de Unilever, el plan consistía en generar un proceso “obligatorio” que evaluara todos los productos, optimizara su calidad nutricional y asegurara la comunicación responsable a través de una guía de lineamientos llamada internamente “la guía de claims”. Para fines de 2006 Unilever eliminó de sus alimentos en todo el mundo 15.000 toneladas de grasas trans; 10.000 toneladas de grasas saturadas; 2.000 toneladas de sodio y 10.000 toneladas de azúcar.

“El gran proyecto global es mandatorio y consiste en optimizar el valor nutricional de los alimentos. La compañía desarrolló un trabajo donde explica la metodología para evaluar la composición de esos cuatro elementos, y cuando su nivel es alto se establece un plan de acción para disminuirlos”, explica la gerente de nutrición del Instituto de Salud de Unilever Argentina y docente de la Escuela de Nutrición de la U.B.A. Alejandra Luchetti. (Sí, su apellido le depara una lluvia de comentarios perspicaces, a los que responde sonriendo con inteligencia: “Estoy casada con Unilever”).

Entra Knorr

La marca campeona de este proceso es por supuesto Knorr, conocida principalmente por sus sopas y caldos, pero que también elabora comidas instantáneas, purés y saborizantes conocidos como “sabor en cubos”.

Veamos la radiografía del producto: las sopas deshidratadas Knorr están compuestas por almidón de maíz; almidón de papa; maltodextrina; harina de arvejas; harina de trigo; fideos; arroz; vegetales deshidratados (albahaca, ajo, batata, brócoli, cebolla, champignon, chauchas, choclo, espárragos, espinaca, papa, perejil, puerro, repollo, tomate, zanahoria, zapallo); sal; aceite vegetal; grasa vacuna; leche descremada en polvo (en algunas sopas); extracto de levadura; especias (apio, clavo de olor, comino, cúrcuma, orégano, pimienta blanca, pimentón rojo dulce, pimentón rojo picante, laurel, tomillo) y algunos aditivos naturales: resaltadores del sabor, aromatizantes, emulsionantes y colorantes.

No hay rastros de conservantes ni de productos artificiales. Las sopas son deshidratadas, por lo que se mantienen naturalmente inalterables. ¿Y los aditivos, palabra que en el imaginario colectivo es sinónimo de ‘artificial’? “Es un mito muy común, pero equivocado -explica Luchetti-. Los aditivos de Knorr son hechos en base a productos naturales. Son sustancias inocuas que se agregan a los alimentos en cantidades muy pequeñas con el fin de contribuir a su aspecto, textura, sabor, aroma, estabilidad o para impedir su alteración”.

Los vegetales de la línea Knorr se cultivan en campos que cumplen las normas fitosanitarias de la Unión Europea, al pie de la cordillera en Guaymallén, Mendoza; el zapallo de las sopas -es el único lugar del mundo donde se lo deshidrata- procede de dos variedades exclusivas: la “Aconcagua” y la “Sapucol”, producidas especialmente para Unilever por el INTA mediante hibridación natural. En la planta de deshidratado no vuela -literalmente- una mosca, ni aún entre las hileras de álamos del campo que la rodea. La parte “sucia” de la planta -donde cae al piso una pequeña parte de la cáscara de los zapallos- está más limpia que la mayoría de las cocinas de los restaurantes de Bs. As. La parte “limpia” es un quirófano, al que sólo se puede entrar por espacio dos minutos, con barbijo, cofia y delantal.

De la góndola a su mente

Estamos frente al inicio de un proceso con continuidad histórica: Knorr, la marca, se prepara para asumir el desafío de comunicar y establecer sus credenciales de acuerdo a las características de Knorr, el producto. La clave de este proceso será posicionar a Knorr como alimentos “naturales”: de origen vegetal, sanos, buenos para la salud y por sobre todas las cosas, libres de productos artificiales. El mercado está servido: en Argentina se consumen anualmente cerca de once litros de sopa por persona.

“Desde hace unos años Unilever definió que su misión corporativa tiene que ver con la ‘vitalidad’. Queremos ser la mejor compañía de alimentos del mundo, agregándole vitalidad a la vida, dándole el poder a la gente de disfrutar de la comida, de disfrutar de su salud y de disfrutar de la vida”. Quien habla es Diego Saroka, gerente de marketing de savory products de Unilever.

“¿Qué quiere decir Unilever con ‘vitalidad’? Como compañía debemos asegurarnos hacerle fácil a los consumidores elegir alternativas saludables; tenemos que educar sobre vitalidad y sobre cómo alimentarse mejor; tenemos que ser confiables; y tenemos que elaborar mensajes claros, informativos e instructivos que ayuden a la gente a tomar mejores decisiones -explica Saroka-. Creemos que la comida es uno de los grandes placeres de la vida, es una fuente de salud, felicidad y experiencias reconfortantes; y nos permite expresar nuestro estilo de vida, quienes somos y quienes queremos ser”.

Con un fuerte anclaje en la mente de los consumidores, Knorr ha trabajado durante los últimos años el lado emocional de las comidas. El lanzamiento en 2001 del comercial que mostraba una fonda donde las sopas de letras daban mensajes a corazones enamorados, felices, confundidos o sufrientes, fue el primer paso de un proceso evolutivo que este año incluye el lanzamiento del libro de relatos “Comer con los ojos”, editado por Editorial Planeta y prologado por Martín Caparrós.

Entre 2004 y 2005 comenzó el trabajo para ubicar a Knorr dentro de este nuevo esquema estratégico corporativo. El posicionamiento de la marca dice: “Knorr lleva la pasión por la comida en su ADN. Ayudamos a la gente a disfrutar del sabor de una buena comida de una manera práctica y económica; celebramos el momento de sentarse a la mesa como un momento que es más que sentarse a la mesa: la comida es más que comida. La fuerte herencia de Knorr le brinda a la marca credenciales de nutrición y confort físico y emocional”.

“Esto es donde estábamos parados hace un tiempo -explica Saroka- y estábamos comodísimos. Este enfoque ha sido muy exitoso, nos ha permitido crecer mucho y consolidar nuestra posición en el mercado. Pero quedaba suelta la necesidad de poner las marcas a tono con la visión de vitalidad de la compañía”.

El resultado es una nueva misión para Knorr, que se propone conservar todos los valores adquiridos, incorporando el nuevo enfoque estratégico de Unilever: “Vivir mejor a partir de ayudarnos a comer mejor. Vamos a inspirar a la gente a disfrutar más de la comida como un momento de nutrirse a uno mismo y a los que amamos, como una manera simple y significativa de agregar vitalidad a sus vidas. Vamos a hacer que la comida sea accesible para todos, y traeremos una voz positiva y esperanzadora al movimiento de comida saludable”.

La marca se propone asociarse así con una vida más larga y saludable. Si el plan de posicionamiento funciona, Knorr tomará en la mente del consumidor las características positivas del consumo de vegetales: agregan color, textura, volumen, sabor y variedad a las comidas; aportan baja cantidad de energía; son fuente de vitaminas y minerales; son buena fuente de fibra alimentaria y fuente de fotoquímicos, que los expertos indican como base de una buena salud.

Homenaje, logo y promesa

La promesa será clara: “Knorr te ayuda a disfrutar más los alimentos naturales, haciendo la nutrición más fácil y más accesible”.

“Lo que vamos a hacer es ayudar a las personas… con ideas nuevas para que coman mejor, más sano y más placenteramente”- dice Saroka-. “A partir de aquí, todo lo que haga la marca empieza a estar influenciado por este nuevo mensaje”.

En poco tiempo, la marca lanzará al mercado una nueva línea de caldos, con ingredientes no tradicionales como aceite de oliva o salvado de trigo; introducirá nuevas sopas light con cero por ciento de grasa y sesenta calorías por porción; e incorporará un nuevo logo que irá al frente de sus envases: Sólo ingredientes naturales y sin conservantes.

“Siempre fue así la marca Knorr, pero nunca salimos a comunicarlo -dice Saroka-. Es algo que no se sabe y que será sorprendente. Cuando la gente piensa en alimentos empacados o preparados no suele pensar que estén hechos con productos naturales”.

Convencer a las personas de que la marca Knorr que vive en sus mentes es tan natural y sana como el producto Knorr que está en las góndolas, no parece ser un proceso fácil ni sencillo. Si bien las cifras de inversión y las acciones tácticas permanecen confidenciales, la maquinaria de persuasión y comunicación de Unilever se ha puesto en marcha: el comercial de TV “Homenaje”, producido por la agencia JWT y emitido en varios países de América Latina está filmado en los mismos campos donde se cultivan los vegetales. “Gracias José; gracias María”, dice Knorr a quienes producen la materia prima de sus productos. “Este tipo de comunicaciones son las que vamos ver desde ahora para la marca. Obviamente construir este posicionamiento no es algo que se haga de un día para otro”, dice Saroka.

De lograr su objetivo, Knorr habrá creado una bisagra en la historia de los alimentos preparados. Si la historia se repite, dentro de unos meses o años, muchas marcas del segmento comenzarán a plantearse cómo hacer para seguir el mismo camino.

Tal vez dentro de los cuatro o cinco años que señalan como plazo para lograr el nuevo posicionamiento, Doña Rosa termine realmente convencida de que el condimento Knorr es tan natural y sano el que ella misma prepara con la verdurita de su huerta; tal vez Pipo Pescador cambie el nombre a su “Marcha de los Antisopas” y tal vez inclusive, un día, Mafalda revea su posición sobre el tema.

El proceso puede tomar años, pero vale la pena seguirlo.


Patricio Cavalli
Mayo de 2007

viernes, 25 de mayo de 2007

Mayo de 2007 Revista Mercado: Informe NSE 2006.



Informe NSE 2006: una radiografía imprescindible.





El trabajo conjunto de tres instituciones dedicadas a la investigación, el marketing y las encuestas de opinión produce una herramienta única y de valor absoluto para quienes se enfrentan a la necesidad de conocer mercados y consumidores, para vender más y obtener mejores resultados.





Foto Gabriel Reig





Hay necesidad de números en la Argentina. El gobierno interviene el principal
organismo de medición económica del país; funcionarios del gobierno intentan violar el secreto estadístico; las empresas se niegan a difundir las más elementales cifras corporativas de inversión, rentabilidad o rendimientos; el Ministerio del Interior se niega a dar cifras sobre delitos con la cínica razón de no “polemizar con las víctimas”…

La noción mínima de vivir en una sociedad organizada requiere conocer cuales son las cifras que destilan de esa sociedad. De ahí que la humanidad organizada colectivamente haya creado ciencias como la matemática y la estadística y herramientas como los censos, cuyos orígenes se rastrean hasta el Egipto del año 3050 a.c. Pero la tradición Argentina de ir a contracorriente de la historia instala en la sociedad la imprecisión y el caos algebraico y estadístico, generando nociones angustiantes y nebulosas como la “sensación térmica”, la “sensación inflacionaria” y la reciente “sensación de inseguridad”.

En medio de la nebulosa, el mundo del marketing -eternamente vapuleado- intenta alzarse con una baliza que ordene un poco nuestro derrotero en este mar de incertidumbres cuantitativas: el Estudio de Nivel Socioeconómico 2006, o “el NSE” para los colegas.

Trabajo conjunto Generado por la Comisión de Enlace Institucional (CEI) que integran la Asociación Argentina de Marketing (AAM); la Cámara de Empresas de Investigación Social y de Mercado (CEIM) y la Sociedad de Investigadores de Marketing y Opinión (SAIMO), el estudio busca desarrollar una estratificación de los hogares de la Argentina aplicable a estudios de marketing; investigaciones de mercado y opinión; y a la medición de audiencias, respetando criterios compatibles con el rigor académico propio de las ciencias sociales.

Para los técnicos, el NSE es “un indicador de posiciones relativas en una escala continua de estratificación de la población”. Esas posiciones relativas (o niveles) guardan relación con pautas de comportamiento, actitudes y expectativas vinculadas con la compra y el consumo, la exposición a medios, la política, la opinión pública, los consumos culturales, etc. El NSE es entonces un instrumento de medición que sirve para cuantificar la distribución de variables que hacen a la estratificación social.

Segmenta a la población para reflejar las diferencias de conductas o actitudes de sus integrantes. Como resultado, la divide en grupos con perfiles homogéneos –y distintos de los otros- en relación a sus consumos, sus hábitos, la manera en que deciden asignar su presupuesto, sus tendencias de opinión sobre temas sociales, políticos, etc.

Es decir: el NSE genera información cuantitativa que pueda aplicarse a las operaciones comerciales de las empresas. Permite representar de forma simple y concreta una realidad compleja, cuantificando segmentos que pueden ser explicados con facilidad. Los profesionales responsables del proyecto suman decenas de años al servicio del comercio y el marketing: son Rubén Zambelli, presidente de la SAIMO; Guillermo Olivetto, presidente de la AAM; Anibal Cantarian, presidente de la CEIM; Jorge Lipetz, director del proyecto y Oscar Muraro, responsable del análisis estadístico. Para Zambelli, “El NSE es una herramienta fundamental para la clasificación de la población en cualquier investigación de mercado.

En los países en desarrollo, como el nuestro, hay fuertes desigualdades sociales y económicas, por lo que es absolutamente indispensable utilizarlo. En la Argentina no se puede hacer marketing sin un instrumento de estratificación socio-económica. Y por lo tanto no hay investigación de marketing u opinión pública sin NSE”. Pensar a las personas “Quienes toman decisiones destinadas a influir sobre la sociedad necesitan una herramienta que permita segmentar a la población para estudiarla y elaborar de manera más certera sus estrategias -dice por su parte Cantarian- Tanto en el ámbito del consumo como en el campo sociopolítico, la determinación del NSE es indispensable para el análisis y la proyección, porque permite “pensar” a las personas en tanto consumidores, votantes o ciudadanos y ayuda así a predecir mejor sus comportamientos y actitudes”.

¿Queda claro? No data, no éxito. Y tanto empresarios como gobernantes y gobernados deberían prestar especial a los datos que arroja el estudio. La Argentina tiene una distribución por niveles socioeconómicos con dos extremos claramente definidos: el superior (ABC1) y el inferior (E), cada uno abarcando un 5% a 6% de la población; un sector medio (niveles C2 y C3) cercano al 40% y un sector bajo (niveles D1 y D2) de alrededor del 50% de la población. (Ver fig. 1) En el AMBA -zona compuesta por la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano y habitualmente vista como un todo con características homogéneas- se hallan diferencias notables entre una zona y otra: el nivel ABC1 en la ciudad trepa al 12,8%, y se reduce al 3,2% en los suburbios; en la Ciudad de Buenos Aires, el conjunto de todos los niveles medios y altos (ABC1-C2-C3) tiene una relación de aproximadamente 65%/35% con los niveles D1-D2-E. En los partidos del GBA la relación es inversa.

El informe NSE arroja además luz sobre una de las zonas “best seller” (es decir, todos hablan de ellas pero nadie las conoce realmente) del marketing en Argentina: qué es y qué significa cada estrato socioeconómico.

Para apuntar y llevar a la próxima reunión: las personas incluidas en el segmento AB son denominadas genéricamente como profesionales; y se trata de socios o dueños de empresas medianas o grandes; directivos de grandes empresas o rentistas y con un nivel educativo universitario completo o de postgrado. En el segmento C1, también denominado genéricamente como profesionales, es donde se ubican los directivos de Pymes; directivos de 2da. línea de gran empresa; socios o dueños de empresas pequeñas; profesionales independientes con ocupación plena; profesionales dependientes o rentistas; con educación universitaria completa o de postgrado. En el C2 se ubican el técnico profesional; el profesional dependiente; los profesionales independientes sin ocupación plena; jefes en empresas medianas y grandes; docentes universitarios con ocupación plena; y personas con educación universitaria incompleta o terciaria completa. La persona C3 es un técnico empleado; jefes de empresas chicas y medianas; cuentapropistas con ocupación plena; docentes de primario o secundario con ocupación plena; jubilados y pensionados; con un nivel de educación terciaria completa, secundaria completa, terciaria incompleta y universitaria incompleta. El segmento D1 se denomina genéricamente operario sin calificación y comprende a empleados; cuentapropistas de calificación operarios; jubilados y pensionados con educación secundaria completa; o personas con secundaria incompleta y primaria completa. El segmento D2 se denomina genéricamente “sin calificación” y comprende al empleado; cuentapropista no calificado, la empleada doméstica; jubilados y pensionados con educación primaria o inferior; o a personas con educación primaria incompleta. Finalmente el segmento E, también denominado genéricamente “sin calificación” comprende a las personas con un trabajo inestable; cartoneros; beneficiarios de Planes “Trabajar” y personas con primaria incompleta o directamente sin estudios.

Sí, está bien que paremos un momento y tratemos de reflexionar sobre lo que significa que en un país opíparo y con riquezas envidiables, el 5% de la población pertenezca a este último estrato.

Sociedad y dinámica

La importante dinámica de cambios en la estructura social Argentina, iniciada a partir de la década del ’90 y que se precipitan con la crisis de fines del 2001 y la devaluación de comienzos del 2002 hacen que la Argentina, históricamente se definida como un país “10-50-40” (con relación a “Alta-Media-Baja”), hoy es un país que podría definirse como “5-40-55”. Desde el punto de vista de la modalidad ocupacional -es decir, la relación del trabajador con el sistema productivo- los argentinos ocupados se dividen en tres categorías: empleadores, empleados (u obreros) y trabajadores por cuenta propia (no empleadores). El 24,7% de los argentinos ocupados es según esa clasificación empleador; el 22,5% trabaja por cuenta propia y el 52,8% es empleado. Y si se lo mira desde el punto de vista del grado de complejidad de las tareas desarrolladas, el 11% de la Argentina ocupada es profesional; el 15,3% es técnico; el 52,4% pertenece al segmente operativo y el 22,4% es mano de obra no calificada. El estudio muestra también la composición social de las ciudades del interior del país, y analiza variables como el nivel educativo; la cobertura médica; la cantidad de aportantes en el hogar y la jerarquía laboral para cada estrato.

El universo del estudio es el que corresponde a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC, con más de 10.000 encuestas trimestrales a hogares. O sea que el NSE 2006 es representativo de la población urbana de la Argentina que vive en ciudades de más de 50.000 habitantes. El procedimiento estadístico utilizado en el informe consistió en elaborar un algoritmo, que aplicado a los datos de un hogar determina su nivel socioeconómico. Este algoritmo es el resultado de una serie de consultas a especialistas que evaluaron los cuestionarios de la EPH, buscando y analizado aquellas variables que resultasen más representativas del nivel socioeconómico de los hogares. Y si bien la intervención del gobierno nacional en el INDEC en medio de la polémica electoral por la inflación puede dañar o salpicar la imagen del estudio, no le hacen daño a sus conclusiones. Según Lipetz: “La EPH sigue siendo el instrumento de información pública más poderoso al que podemos acceder. Si bien es cierto que los precios al consumidor fijan la canasta, y ésta a su vez sirve para determinar pobreza e indigencia sobre la base de los ingresos, ninguna de las variables de la EPH en las que se basa el modelo de NSE está en cuestionamiento, y estamos convencidos de que se miden adecuadamente.

De aquí en más todas las actualizaciones del NSE seguirán basándose en la EPH”. No es éste el primer informe de NSE de la Argentina. Según los especialistas, “los NSE han sido utilizados en nuestro país desde hace alrededor de 50 años”; y la AAM se ha dedicado desde fines de la década del ’80, a la elaboración, revisiones y ajustes del NSE. Así se creó el NSE 1991, ajustado luego en 1994, 1996 y 2002. Según Cantarian, “este período -por los ’90- modificó sustancialmente la realidad argentina y el NSE 1996 se tornó obsoleto e inexacto en su misión de reflejar fielmente la estructura de la sociedad argentina”. Luego de una revisión en 2004, se crea la Comisión de Enlace Institucional y se encara en marzo de 2005 el plan 2005-2006, que culmina con la elaboración del NSE 2006, actualmente en vigencia.

Los creadores del proyecto parecen plenamente conscientes del aporte de valor que éste representa. “SAIMO entendió que hacía falta lograr una confluencia de las instituciones interesadas en el NSE, para lograr cierta unidad de criterio y consenso. La AAM es la institución que históricamente ha estado más comprometida con la elaboración del NSE. Pero esta vez se sumaron SAIMO y CEIM. Los investigadores de mercado y opinión aplicamos el NSE en prácticamente todas nuestras investigaciones, es una variable de análisis insoslayable, parte integrante del conocimiento que desarrollamos acerca de mercados y consumidores, y es un instrumento que conocemos a fondo. Tanto los profesionales como las empresas de investigación tienen mucho que decir y que aportar. Es por eso que no podíamos estar ausentes de este proceso. Y en esto prometemos estar siempre presentes para hacer nuestro aporte”, dice Zambelli.

Mientras tanto, allí afuera, un país con necesidad y urgencia de saber qué le pasa y dónde le pasa, puede tratar de empezar a encontrar en documentos como el NSE 2006 no sólo una radiografía de su composición social, sino una verdadera y nada metáforica luz en medio de la noche.

Patricio Cavalli
Revista Mercado
Mayo de 2007








Revista Mercado: Federico Helman. Mayo 2007





AGENCIAS

Estos son los heraldos del "impresionismo publicitario".


Federico Helman y Juan Carlos Colonnese, dos veteranos del mercado publicitario, vuelven a la carga con un proyecto de agencia puesto al día con la realidad: una agencia online y en tiempo real.


Federico Helman es la pata pausada del dúo. Habla con suavidad, sereno, tranquilo, calculando el peso de cada palabra y elaborando cada concepto antes de emitirlos.

Tiene ya suficientes años en el mercado como para escribir una crónica exclusivamente sobre su carrera: profesor en la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad; la Universidad de Bs. As.; la Universidad Católica y la de Belgrano. Es socio fundador de la Asociación de Diseñadores Gráficos y del Círculo de Creativos, del que fue presidente cuatro veces consecutivas y ahora es miembro de la comisión directiva. Fue director creativo de las principales agencias de Bs. As.; gestionó las misiones argentinas al Art Directors Club of New York; organizó seminarios, workshops y cursos en agencias e instituciones y en 1990 generó la muestra de publicidad Publicitarte en el Centro Municipal de Exposiciones. Ganó premios Clio; Lápices de Oro; medallas del FIAP; del Bureau Argentino de Radio, de The New York Festival; del Círculo de Creativos; y del Hall of Fame.

En 1994, Helman la vio venir y fundó su agencia Federico Helman Marketing + Comunicación, totalmente basada en una plataforma online de Internet.

Juan Carlos Colonnese es, bueno, Juan Carlos Colonnese: fundador de Colonnese y Asociados, luego Colonnese Lintas Worldwide -parte del grupo Interpublic- una de las agencias “madre” de la publicidad de capital nacional y ganadora sistemática de premios Mercurio; Pléyade; del Círculo de Creativos; FIAP, Clio; Santa Clara de Asís y del New York Festival. Además fue socio y fundador del Círculo de Creativos; presidente de la Comisión de Autorregulación Publicitaria; presidente y director titular de la Asociación Argentina de Agencias de Publicidad; miembro del consejo asesor de la UADE; profesor emérito de la UCES; asesor de dirección y miembro del directorio del Interpublic Group of Companies; miembro del jurado de Fund TV; y miembro de las Fundación Compromiso; Fundación Conciencia; Fund TV Educativa y de la Asociación de Marketing Bancario.

Colonnese es la pata apasionada del dúo. Con sus más de sesenta años -posiblemente unos cuantos más, pero no se lo preguntaremos- y sus casi cincuenta de carrera, tiene la tranquilidad que le da saber mucho de lo que habla; de haberlas vivido todas o casi; de conocer al dedillo los pasillos, vericuetos y laberintos del mercado de medios, agencias y anunciantes; de haberse sentado frente a gerentes, directorios, presidentes y sindicatos y de entender la compleja maraña de asuntos que hacen a la dinámica de un mercado que se resiste a morir, se resiste a estabilizarse y sobre todo, se resiste a ser rentable. Habla con la inquietud y ansiedad que le da saber que nunca en este mercado se está tranquilo, que nada es seguro ni certero, y que en un segundo lo hecho durante años puede desaparecer sin dejar rastros.

Mira afiladamente al interlocutor mientras le dice “Tu mirada parece que me está perforando el cerebro”. Da las respuestas con ímpetu mientras piensa y responde a cien kilómetros por hora.

Impresionismo publicitario.

Son un dúo desde hace dos años, cuando Colonnese se integró como senior consultant al staff de Federico Helman. Juntos hablan de llevar al mercado un cambio total del concepto de servicio de comunicaciones. Lo llaman el “Impresionismo Publicitario”: una revolución de pensamiento que intenta cambiar el “academicismo publicitario”, que funciona montado sobre una “estructura victoriana” de organización; una gran paradoja en un sector industrial siempre dinámico y atento a cambios, movimientos y transformaciones.

“Cuando hablamos de impresionismo lo que queremos señalar es que se produce un rediseño de la estructura de servicios, que se logra precisamente porque conocemos a fondo el academicismo, y que nos permite saber donde tenemos que tocar para cambiar. Lo que nosotros hacemos es romper con ese academicismo y darle otra impronta al negocio”, dice Helman.

“El esquema debe ser roto -dice Colonnese- porque no da rentabilidad. Las agencias ya no tienen la rentabilidad de antes al manejar una cuenta. Nosotros trabajamos integradamente con el cliente para lograr otro esquema de servicio”

“Es que nos fundíamos”, dice Helman. Y Colonnese: “Fijate la cantidad de agencias que se agrupan, ¿por qué pensás que se agrupan?, porque el mercado no rinde”.

Entonces la gran idea fue hacer una agencia enteramente online, donde ambas cabezas
-juntas suman más de 85 años de carrera- trabajan con el cliente, pero el staff de la agencia no está en un edificio usando electricidad y tomando café, sino que es una matrix de creativos; planners; analistas de medios; ilustradores; marketineros; especialistas en investigación de mercados y analistas de administración financiera. Mediante los mismos mecanismos tecnológicos que los adolescentes utilizan para hablar y divertirse, los dos veteranos publicitarios se comunican y trabajan con sus clientes: email, chat, SMS, videoconferencias; videochat. Sobre esa plataforma online discuten, preguntan, analizan, cuestionan, organizan, aconsejan y logran resultados.

“Todo es online -dice Colonnese- sin pérdida de tiempo, sin idas y vueltas. Hay que leer y hacer”.

Costos y rentabilidad.

“Al principio, cuesta” admiten. Pero luego los clientes van comprendiendo las ventajas del tipo de servicio: dinámica en tiempo real, respuestas inmediatas, trato directo con los directores de la agencia, mejores costos y variedad de especialistas. La clave es la respuesta inmediata. No a los cinco minutos, pero “más rápida que la que existe en el mercado”, dicen.“Antes vos ponías a veinte creativos en un departamento y eran siempre los mismos. Ahora puedo elegir: al mejor en esto, al que mas sabe de lo otro, el mejor fotógrafo, algo que antes era imposible, porque vos tenías que pagar a fin de mes ochenta sueldos y punto -dice Colonnese-. Ahora no existe más eso de que una cuenta pagaba la otra”.

“Venimos del diseño -explica Helman- y lo que hicimos fue precisamente rediseñar nuestro modelo de negocios: trabajamos directamente con el cliente, en el equipo del cliente, sin intermediarios, aplicando directamente nuestro conocimiento y experiencia a darle soluciones”.

Para lograrlo, la agencia está dividida en cuatro áreas de negocios que actúan a medida: Task Force, una unidad al estilo de los US Marines, con “veloces equipos de creación tipo comando, de reconocida calidad internacional”; Supermarketing, un sistema online de investigación y análisis de mercados; Ad-Ministra servicio online de planning y análisis de costos e inversiones; y Consult-Ad, dedicada a diagnosticar e interpretar las necesidades y alcances de los negocios del cliente, y a revisar y optimizar el servicio de proveedores de comunicación del cliente.

Su lista de clientes incluye a Knauf, líder en sistemas de construcción en seco, para la que hicieron su lanzamiento y con la que han logrado un 50% de market share en cinco años; Isenbeck y Warsteiner, marcas para las cuales hicieron el lanzamiento y presentación en el mercado, incluyendo la exportación de diseño para Alemania; Alberto-Culver, dueña de las marcas Veritas y Alberto VO5; comunicación institucional de Ciba y de sus productos Cibavision, Reliverán y Cataflán Rapid; y otros: Cierto; BankBoston; Sergio Tacchini; Cabaña Las Lilas; Alba Color Service; Microsoft; Intel; Programa Mi PC; Fundación Educa y el Ministerio de Cultura y Educación.

Los últimos no son clientes menores: la agencia participa profundamente en proyectos educativos y de interés público: campañas de bien público y del tercer sector. “Estamos muy comprometidos, y hacemos una lectura mas humana de los problemas. No somos sólo comerciantes, somos individuos, personas y tratamos de aportar lo nuestro”. Por lo nuestro lèase el motor de su industria: las ideas. “Es que Argentina es una idea, una de las más interesantes -dice Helman- pero no está todavía resuelta. Se tiene que hacer realidad, sólo hace falta buena voluntad”.

Por lo pronto, y para hacer realidad su idea de agencia, ambos parecen decididos a hacer uso del consejo que dan al unísono: “No hay que quedarse quieto”.


Patricio Cavalli
Abril de 2007